Las empresas saben que los consumos de material comprado en formatos generan unos costos de logística y almacenamiento importante. Por otro lado, además del coste de la compra de formatos con respecto a la compra de bobinas, y del desperdicio de material sobrante, hay que tener en cuenta el deterioro que sucede durante el proceso de manipulación. Por muy buen material que se compre, si después se usa indebidamente en la carga en máquina o bien en el almacenamiento, esto repercute directamente en el producto final y por consiguiente en los costes de fabricación, demoras, etc.

Con una línea de corte bobinas, se decide cuan y a qué longitud cortar, aprovechando al milímetro la chapa, es decir producto neto. Reducimos su manipulación, ya que las chapas llegarán a una mesa y de aquí continuaremos al siguiente proceso, bien sea plegado, punzonado, perfilado, etc. Aumentaremos en agilidad, seguridad de los operarios y en última instancia fabricaremos un producto óptimo y de alta calidad.